Quise iniciar este blog con este artículo para sentar las bases de lo que serán las publicaciones, para aclarar el concepto. Espero que la información aqui contenida sea de tu agrado, si lo es compártela, no se vale quedarse con la información, hay que distribuirla.
Es un hecho, cualquier ganadero entrado en años nos podrá contar, o incluso las generaciones actuales con un poco de memoria, que la ganadería no es el mismo negocio que era antes, hace 20, 30 o más años. Esa pérdida de rentabilidad, de eficiencia, de productividad tiene varios orígenes, y es importante conocerlos y entenderlos para que nuestros negocios ganaderos generen utilidades y para poder seguir disfrutando de esa tan satisfactoria actividad y no morir en el intento.
El primer problema que se presenta es que nuestro suelo tiene sed (incluso en la temporada de lluvias) y se ha empobrecido. Esta situación es creada por varios factores a partir de un pastoreo degradante y el desarrollo de sistemas productivos sin estudio hidrológico del sitio. Esto es solo el inicio, se empeora cuando incluimos arados, rastras, fertilizantes y agroquímicos.
El segundo problema que ha generado la pérdida de rentabilidad de los ranchos ganaderos, pareciera independiente del suelo y el ecosistema pero no lo es; la genética de nuestros animales. La selección genética moderna premia a “los guapos” y con linaje de campeones.
Pero vamos en orden, ya pusimos las cartas sobre la mesa, vamos a analizarlas. El trazo o diseño de los ranchos se desarrolla por lo general sin tener siquiera un plan, objetivos claros, un proyecto, un camino a seguir, es más, no hay diseño alguno. Simplemente se ponen alambrados a como Dios nos dio a entender y sembramos hacia el lado más largo del predio para hacer más eficiente el trabajo de la maquinaria. Damos por hecho que las vacas son vacas y harán su trabajo, el suelo es suelo y hará lo propio y la lluvia vendrá cada año, pero no, las cosas no son así de sencillas.
Ahora bien, dejemos claro que el agua es el elemento que definirá la productividad de nuestro rancho, podremos tener muy buenos suelos, pero si tenemos poca precipitación y mal distribuida en el año no podremos ascender a altas producciones. Bien dice aquella famosa frase “con tierra, agua y tractor cualquier p… es agricultor”. Entonces, necesitamos agua, mucha, en el suelo. Es igual que con la vaca, ¿qué será mejor, que tome mucha agua una vez al día o que tome poca agua muchas veces al día?.
Es imperativo pues, que hagamos todo lo posible por lograr que la poca o mucha agua de lluvia que cae sobre nuestros suelos se infiltre, a esto se le llama “lluvia efectiva”. Aquella agua que no se logra infiltrar, corre por encima del suelo (escorrentía) y abandonará nuestro rancho rápidamente, llevándose con ella valioso suelo con nutrientes y materia orgánica (erosión).
Todo en el paisaje modifica de cierta forma el movimiento del agua en el suelo. Usemos de ejemplo un simple y sencillo alambrado; suceden muchas cosas a partir de este elemento que colocamos:
Crece pasto debajo que por lo general no es consumido a fondo, creando un área densa de plantas.
Son perchas, los pajaros llegarán a pararse y defecarán, por lo general con semillas, que a la larga reforestarán nuestros alambrados.
A lo largo de los alambrados el ganado camina una y otra vez, compactando esas pequeñas brechas.
Con todo lo anterior, sin querer, el alambrado se convierte en una barrera al flujo de agua por la densa vegetación debajo de él pero además es un perfecto canal de drenaje por los caminos compactados a todo su largo. Entonces tenemos una barrera y un canal, que interrumpe el movimiento natural del agua.
Lo más común es colocar los alambrados sin tomar en cuenta la hidrología del sitio, que por lo general ayudan a sacar muy rápido el agua de nuestro rancho. Lo mismo sucede con las labores de cultivo, la dirección de siembra sobre todo, la mecanización, la construcción de galeras, caminos, etc. Todo esto mejora cada vez más el drenaje de los suelos, dejándolos cada vez más deshidratados y los mantos acuíferos descargados.
Ahora vamos con el pastoreo. El problema principal de los ranchos ganaderos es que están sobrepastoreados; ojo, se puede sobrepastorear con una sola vaca.
El sobrepastoreo es un asunto de tiempo de ocupación y no de cantidad de animales; este sucede cuando se deja que los animales pastoreen un área el tiempo suficiente que les permita cosechar los rebrotes de las plantas consumidas al inicio de la ocupación.
Para que esto se lleve a cabo necesitamos entonces áreas grandes con pocos animales (relativamente). Esto es lo que se le llama comúnmente “pastoreo extensivo”. No se si han observado pero las vacas siempre se mantienen en movimiento mientras cosechan pasto, siempre van buscando el mejor bocado, lo más sabroso, el “helado” como dice Joel Salatin, degradando las plantas más productivas y beneficiando a las más improductivas.
Los herbívoros en general son selectivos, y es en por ese hábito que caminan y caminan, ¿y qué sucede cuando se pasa una y otra vez por el mismo sitio?, ¡se compacta!. Entonces el sobrepastoreo genera dos problemas básicos:
1.- compactación de suelos
2.- degradación del tapiz vegetal, cada vez menos productivo.
Vamos resumiendo, hasta ahora entonces tenemos infraestructura que por lo general nos ayuda a sacar el agua de nuestros terrenos y sistemas de pastoreo degradantes, ineficientes. El resultado de la ecuación no está tan difícil obtenerlo, suelos cada vez menos hidratados, suelos cada vez más erosionados y compactados y vegetación menos productiva y pobre en nutrientes.
Es entonces cuando recurrimos a los avances tecnológicos, necesitamos ayudar a nuestros suelos y plantas con maquinas y sustancias para que estos se descompacten, “retomen” su fertilidad y puedan tener producciones que nos permitan sostener algo de animales que nos produzcan leche y/o carne. Todos esas ayudas que debemos darle a nuestros suelos degradados, representan costos, y estos reducen las utilidades. En otra publicación platicaremos de los efectos de estas prácticas y sustancias sobre la vida y productividad del suelo.
Ya tenemos entonces a grandes rasgos suelos con sed y pobres, que necesitan cada vez más insumos externos para poder sostener vida alguna sobre ellos. Lo siguiente, le pega al ego de TODOS los ganaderos, porque se ha convertido en un asunto de estatus social…la genética.
Nuestro concepto de mejoramiento genético moderno es reproducir nuestras vacas con semen importado, semen de campeones, o bien, si tenemos un poco más de poder adquisitivo, hacemos transferencia de embriones, fertilizaciones in vitro, etc, etc, de vacas campeonas con super toros y obviamente esperamos que el producto de ese cruzamiento salga casi casi con capa y con visión de rayos X. Y esa genética viaja por todo el mundo para llegar hasta nuestros ranchos, traemos genes de Brasil, Alemania, Italia, Estados Unidos, Argentina, Francia, Australia…pongan el dedo en el mapa y de ahí se ha movido genética para todos lados, sin importar las condiciones de origen de la raza ni las condiciones actuales de nuestros ranchos.
Entonces, viene ese becerro, “el elegido”, y si, sale hermoso el canijo animal, pero métale comida señor, porque si lo pones a cosechar su propio forraje se va a los huesos. Aquí viene a colación la famosa frase “para que un becerro engorde hay que untarle en el lomo la comida que sobre en el comedero”. ¿Porqué?, ¿se lo han preguntado?.
En resumen, les dejo esta frase del libro “Man, Cattle and Veld” de Johann Zietsman:
“la asociación hombre-naturaleza no es una asociación feliz, hay muchas razones para pensar esto. El hombre tiene una actitud de dominancia controlada por la avaricia, ignorancia y arrogancia. En lugar de mejorar los procesos naturales, se eliminan y reemplazan por procesos artificiales, de nuestra propia creación. En cuanto a cría de ganado, se ha pasado de sobrevivencia del más apto a sobrevivencia del más bonito. El pastoreo se realiza en monocultivos de pasturas. Se prefiere engordar ganado en corrales usando granos. En lugar de criar ganado resistente a garrapatas se crían garrapatas resistentes a venenos. En todos los casos mencionados se necesitan insumos externos que son costosos y ecológicamente insostenibles. Hasta que el hombre aprenda a imitar a la naturaleza en sistemas agrícolas siempre habrá discordia entre ambos.”
Entonces “vuelvo y repito” (como diría un amigo colombiano), ya tenemos un suelo deshidratado, empobrecido, compactado con poca capacidad productiva propia y le ponemos encima animales desadaptados, criados a punta de ayudas externas.
Ahora, falta la cereza del pastel, la mayoría de ganaderos jamás le ponen precio a su carne ni a su leche, somos productores primarios, y los precios de nuestros productos se rigen por mercados nacionales e internacionales, estos suben y bajan. Siempre ha sido asi y siempre lo será, a menos que el ganadero haga algo por diferenciar su producto, podrá ponerle él mismo el precio. ¿Ya se dieron cuenta porque el negocio ganadero es lo que es hoy en día?.
Es entonces el porqué de la propuesta de hacer una GANADERIA REGENERATIVA, porque para devolverle la rentabilidad a la actividad ganadera tenemos que hacer las cosas diferentes. Es obvio que debe haber un cambio. Ese cambio debe iniciar en la hidrología del terreno, rehidratarlo, infiltrar cada gota que cae en nuestro terreno y no dejarla correr (los casos de inundación son tema aparte). Esto lo lograremos con un Diseño Hidrológico en Línea Clave (Keyline).
Lo siguiente es una buena administración (gestión le dicen ahora) del pastoreo, “masajear el suelo”, de nuevo como dice Joel Salatin, con la boca, patas y ano de los animales, para que esos potreros recuperen la vida que han perdido y produzcan pastos vigorosos, densos en nutrientes. La forma de lograr esto es a través de la práctica de sistemas de pastoreo “no selectivo” y agroecológicos, como el Pastoreo Racional Voisin (PRV).
El tercer cambio es el genético, necesitamos producir animales perfectamente adaptados a nuestro entorno ecológico, a la oferta ambiental, a los parásitos, a la humedad y temperatura, animales eficientes en reproducción y aprovechamiento de los recursos que puedan cosechar con su hocico. Este desarrollo genético es alcanzable con las enseñanzas de Johann Zietsman, a través de la selección de lo que él llama “paquete 8 en 5”, del que en otra publicación platicaremos.
El cuarto pilar de todo esto, y sin el cual no se llevaría a cabo la ganadería, es el componente humano, también es necesario regenerarlo. Es aquí donde debemos iniciar, si ya llegaste leyendo hasta esta línea, existe una alta probabilidad que lo logres. En este tema no encontrarás a mejor experto para hacerlo que tú mismo, es un asunto de voluntad, de iniciativa propia.
Ganadería Regenerativa, una propuesta de producción a bajo costo y alta eficiencia, con el objetivo de alcanzar la mayor utilidad sustentable por hectárea.
Daniel Suárez