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Ana María Primavesi

El suelo, un organismo vivo


Tomado del muro de Facebook de la célebre Dra Ana Maria Primavesi (traduccion de google).

"Suelo no es solamente un sustrato de rocas degradado, si no un "organismo vivo que necesita alimento como cualquier otro ser vivo. Respira, tiene su temperatura propia y hasta exhala gas carbónico. Solo la palabra "organismo" tiene un sentido más amplio. Se conocen los vertebrados en los que todo cuerpo es ordenado a lo largo de una espina.

Por otro lado, se conocen organismos en los que solamente existe un centro nervioso comun y en los que el "cuerpo" está formado por miles y cientos de miles de seres individuales como las termitas, en que si la reina muere, todas las termitas de la misma colonia mueren dentro de 24 horas. Falta la "cabeza" y no saben qué más hacer, ni siquiera pueden alimentarse.

En la tierra, el sistema es más abierto. No hay centro nervioso común pero si hay una relación íntima entre la parte mineral y la vida del suelo. Billones y cuatrillones de seres vivos estrictamente programados por la naturaleza forman eso que conocemos como suelo.

En cada cucharadita de tierra se encuentran hasta 10 millones de seres vivos. No representan más del 1,2 % del peso, pero de ellos dependen la productividad o la desertificación de los suelos. Se descomponen, pero esa descomposición reside el comienzo de una nueva vida, y ellos mismos viven de eso.

"De ellos dependen la productividad o la desertificación de los suelos"

Mientras la planta compone, edifica, construye, la microvida descompone, destruye, para que lo que es inútil para la vida sea reciclado de nuevo para formar gas carbónico, agua y energía, de la que se formó. Este es el ciclo de la vida.

Los minerales contenidos en las plantas vuelven a ser minerales, haciendo de nuevo parte del suelo. En la selva amazónica, ese ciclo desaforado logró dejar crecer árboles gigantes en un suelo pobre gracias a esta descomposición, ese reciclado.

La naturaleza cuida del suelo y lo protege con tres capas: Arborea, vegetación baja y la capa de hojas muertas del suelo, para evitar que la lluvia golpee la superficie, destruyendo los poros por donde debe entrar aire y agua. Lo protege contra el sol para que la vida no se deshidrate y muera porque no tiene protección contra la sequía.

Las bacterias ni siquiera tienen una piel, siendo solamente la tensión externa de esa pequeña gota que la mantiene intacta. Y como tampoco tienen ni boca, ni cara, ni orificio alguno por el cual pudieran comer, excreta una enzima cuando sienten que el sustrato en que se encuentran podría ser digerido por su enzima. Luego, absorben la comida digerida fuera de su cuerpo.

Tampoco pueden excretar su basura metabólico si no hay nada que lo pueda aprovechar. Tiene que haber otro microorganismo que lo use para alimento o alguna sustancia química que el llama. De lo contrario, iban a morir en medio de sus propios excrementos. Este sistema se llama "donador-receptor" y no es nada más y nada menos, que nuestro sistema de mercado de oferta y demanda. No se puede ofrecer lo que nadie busca. Es la vida del suelo tan pequeña e invisible pero tan grandes son sus efectos.

"No se puede ofrecer lo que nadie busca"

De los microorganismos dependen erosión e inundaciones, porque son los responsables de la infiltración de agua en el suelo. De ellos depende la falta de agua potable, cada vez más pronunciada en nuestro mundo. De su ausencia depende la desertificación.

No es de los elefantes o los rinocerontes que depende nuestra vida, pero de microbios, que viven invisibles a simple vista en el suelo.

 

Los invito a revisar estos materiales extra sobre el suelo.

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